La camaronicultura en los últimos años va en una rápida expansión. Aunque a veces no es bien planificada. Y en casos puntuales ha generado algunas concepciones erróneas.

En esta oportunidad presentamos una serie de mitos comunes en torno a la cría de camarones. Inclusive varios de ellos han generado dudas en la percepción de toda la industria. Esperamos poder contribuir a desmitificarlos con algunas observaciones puntuales.

Mito: “La cría de camarones es más difícil que la piscicultura”

Realidad: Mantener una cría exitosa de camarones no es más difícil que la cría de otras especies acuáticas. En todas existe una serie de valores a las cuales prestarle atención. Tener una comprensión básica de los términos de los parámetros del agua y la escogencia de un alimento de calidad es lo fundamental. Los crustáceos son criaturas maravillosas, que una vez se satisfagan sus necesidades, prosperará su cría.

Mito: “Los camarones se crían en aguas sucias y en condiciones de hacinamiento”

Realidad: Si bien cada criadero es único, al camaronero le interesa mantener las mejores condiciones de cría. Dentro de un estanque suele haber mucho espacio para el crustáceo desenvolver sus funciones metabólicas. Además, los camarones enfermos no benefician al productor. Y cada vez más el bienestar animal está vinculado a prácticas ambientales saludables.

Mito: “La mayoría de los mariscos del mundo provienen de la pesca”

Realidad: Según estudios del Banco Mundial, alrededor de un 52% de los mariscos del mundo se cultivan. Inclusive se estima que para el año 2030 esta cifra se incremente al 62%. La acuacultura sostiene buena parte del consumo de crustáceos alrededor del mundo.

Mito: Los camaroneros no se preocupan por el medio ambiente

Realidad: Uno de los objetivos principales de la camaronicultura es reducir los efectos negativos de la sobrepesca de especies silvestres. Igualmente, a lo largo de los años han aumentado significativamente los esfuerzos para aplicar pautas estrictas de crianza, mientras se minimizan los impactos en el fondo del océano y los entornos circundantes.

Mito: El camarón cultivado no es seguro para comer

Realidad: Los camarones producto de criaderos son altamente seguros y saludables para comer. Las dietas y espacios donde crecen son objeto de monitoreo a lo largo de su vida. Igualmente, las granjas y cosechas suelen ser sometidas a inspecciones periódicas para garantizar la seguridad del producto final.

Si bien aún se deben abordar cuestiones importantes, es vital poner la acuacultura en una perspectiva más amplia. Comparando sus costos y beneficios respecto a otros sistemas de producción animal.

Esperamos haber ayudado a aclarar algunos de los conceptos erróneos clave y alentar el conocimiento en la materia. Para más información le recomendamos seguir nuestras redes sociales en InstagramFacebook y Linkedin. Contenidos de interés todas las semanas.

Igualmente puede conocer aquí nuestra amplia variedad de dietas completas y complementarias para camarones en sus distintas etapas de vida.

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