En nuestro país la camaronicultura se da en sistemas no intensivos, semi-intensivos e intensivos. Todos estos modelos de cultivo en general se basan en su volumen, que es la densidad poblacional. Es decir, la cantidad de camarones de engorde que se cultivan en una camaronera.
La densidad de población óptima varía según el sistema de explotación y las prácticas de gestión. Por ejemplo, las densidades de siembra no intensiva rondan entre 8 a 10 camarones/m2. Estructuras más comerciales serían los semi-intensivos de 10 a 30 camarones/m2 e intensivos de hasta 100 camarones/m2.
Cabe destacar que la densidad seleccionada variará de acuerdo a distintos factores comerciales. Ejemplo está el precio del camarón en el mercado, uno de los más influyentes al momento de sembrar. Es además un factor estrechamente relacionado con la oferta y demanda, e influye en las decisiones del camaronero. En otros casos dependerá de la inversión prevista del productor para ese momento.
¿Qué ventajas buscan al reducir la densidad de camarones?
Cada decisión dentro de las camaroneras debe partir de un objetivo y alcance concreto. Al reducir la densidad de camarones, algunos productores buscan ciertos beneficios:
- Aminoras días de cultivo: con una población más reducida, hay menos probabilidad de competencia por alimento. Ello promueve un crecimiento acelerado (pese a menos volúmenes), y obtener así pesos comerciales previstos en menos tiempo.
- Minimizas el estrés en piscinas: un beneficio estrechamente asociado al punto anterior. Al haber menos competencia por alimento y densidad/m2, el camarón está menos expuesto al estrés. Igualmente, se reducen los eventos patológicos en el camarón.
- Metes un ciclo productivo adicional: al recortar la cantidad de días necesarios para alcanzar los pesos objetivo, con una buena organización puedes introducir un ciclo de camarones extra al año. La capacidad de un nuevo ciclo de siembra dependerá de la genética del camarón y las prácticas de cultivo.
- Menos riesgo de degradación ambiental: al reducir la densidad de camarones habrá un menor impacto ambiental. Por lo tanto, menos riesgo de enfermedad en el camarón, más proclive a ocurrir en sistemas intensivos.
No desestimes el monitoreo
Independientemente de la densidad poblacional, debemos cuidar que los parámetros de cría sean siempre correctos. El monitoreo de los valores de agua y suelo evitará la proliferación de fitoplancton, entre otros imprevistos. A su vez, impediremos la aglomeración de metabolitos tóxicos no asimilados por el fitoplancton.
Igualmente, la aireación mecánica (principalmente por la noche) minimizará los cambios circadianos del oxígeno disuelto.
Cualquiera que sea la densidad poblacional, se requiere de una mayor eficiencia con respecto a las condiciones productivas. Todas influyen en la supervivencia, crecimiento y el rendimiento del camarón. Es una de las causas por la que se recomienda contratar personal técnico con el conocimiento necesario.
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