Al igual que la temperatura, la salinidad en el cultivo de camarones es uno de múltiples factores ambientales a monitorear. La comprensión de estas variables permitirá garantizar condiciones que promuevan el desarrollo y crecimiento del crustáceo. Aunque, ¿de qué forma se relaciona con el desempeño del animal?
En primer lugar, la salinidad representa la concentración total de sales disueltas en el agua. Usualmente se expresa en ppt. En el caso de 1 ppt, correspondería a 1 gramo de sal por cada litro de agua.
La salinidad en el cultivo de camarones se mide con la ayuda de refractómetros, hidrómetros, conductímetros o un equipo multiparámetro. Estos dispositivos permiten la lectura de la salinidad en el agua o suelo; y miden fácilmente los valores resultantes con una estimación de la salinidad.
Los camarones y otros organismos acuáticos tienen tolerancia a rangos de salinidad, y estos pueden variar según la especie.
En el caso de nuestro camarón blanco, un crustáceo poiquilotermo, puede sobrevivir en rangos de salinidad entre 0.5 a 45 ppt. No obstante, su supervivencia no es sinónimo de rendimiento, especialmente en criaderos de engorde comercial. Veamos más a continuación.
Consecuencias de la salinidad en el cultivo de camarones
Estudios han demostrado que los cambios de salinidad afectan directamente la muda, el crecimiento, cambios fisiológicos y moleculares de los crustáceos.
Más allá de los valores de supervivencia, la tasa de crecimiento es un factor imprescindible que determina la rentabilidad económica. Al respecto, pruebas de ambiente controlado compararon el crecimiento del camarón blanco bajo distintos niveles de salinidad. Los resultados demostraron un menor índice de crecimiento en el camarón a medida que la salinidad era más alta.
En unos estanques con 20 y 25 ppt de salinidad se obtuvieron mejores índices de supervivencia y crecimiento respecto a promedios de 35 ppt. Pero, ¿a qué se debe esta relación?
Tengamos en cuenta que una salinidad demasiado alta hace que la energía depositada en el crecimiento se interrumpa. Justamente el desarrollo del camarón será lento ya que parte de su energía se gastará en el proceso de osmorregulación.
A su vez, a los camarones les resultará más difícil mudar en ambientes salinos. Ya que la cutícula de su caparazón será más dura, inhibiendo el crecimiento.
Por lo tanto, se recomienda mantener la salinidad en el cultivo de camarón en rangos entre 20 a 25 ppt.
La salinidad en cultivos de camarón puede modificarse de distintas formas, dependiendo del valor inicial. Concentraciones muy bajas se pueden aumentar mediante el encalado y la adición de ciertas sales minerales comerciales.
En cambio, la vía más práctica de reducir la es agregando agua de menor salinidad. Esto a veces se hace en estanques en regiones áridas o durante sequías prolongadas.
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