Uno de los temas principales para la producción porcina es el de la cerda gestante. Es un punto importante que los ganaderos deben conocer. Están en juego la salud y el bienestar de la cerda, así como la seguridad de los lechones por nacer.
Una cerda preñada con un cuidado óptimo puede producir más crías y a su vez será más sana, mientras que con un mal manejo de sus necesidades se le puede provocar problemas de salud e incluso aumentar el porcentaje de mortalidad de sus crías. La forma correcta de mantener al animal incluye alimentarlos con una dieta de alta calidad, proporcionarles agua limpia y darles suficiente espacio para moverse, también incluye brindarles un ambiente cómodo que reduzca los niveles de estrés.
El periodo medio de gestación de una cerda es de 115 días, con un rango de 112 a 120 días. La fórmula para recordar esta duración es: 3 meses, 3 semanas y 3 días. La diferencia de la gestación en la cerda se centra en diversos factores temperatura, nutricional, ambiental y reproductivos.
Después de que la cerda haya sido inseminada o montada, el cuidado adecuado de la cerda preñada debe incluir el seguimiento de la gestación. Una forma de hacerlo es comprobar a los 18-25 días después de la inseminación si la cerda vuelve a mostrar signos de celo, si el animal sigue presentando signos de celos significa que no quedó embarazada lo más apropiado en estos casos sería inseminar nuevamente.
Instalaciones
Cuando la gestación ha sido confirmada y se considera una cerda gestante, su manejo es diferente de las otras poblaciones porcinas.
Las cerdas deben ser trasladadas a unas instalaciones especiales. Se compone de un corral donde el animal se quedará durante todo el período de gestación hasta una semana antes del parto. Este traslado tiene como finalidad brindar al animal más espacio y disminuir el estrés que pueda verse expuesta, el estrés puede afectar en este momento. igualmente se realiza un cambio en su dieta y se le ofrece una especializada para gestación.