La ventilación avícola es uno de los múltiples factores clave para el rendimiento económico de toda actividad de cría, ya sea de engorde o postura. Ya que una temperatura incorrecta puede repercutir en la ingesta del alimento, producción, salud y supervivencia del animal.
Su adecuada gestión en las condiciones óptimas por lo tanto promueve una producción intensiva mejorada. Además de una reducción de costos en la cría avícola a largo plazo.
Por ende, conocer cómo funcionan los sistemas de ventilación avícola y qué beneficios tienen es un elemento crucial. Veamos más a continuación.
¿Por qué un criadero de pollos requiere ventilación?
En primer lugar debemos recalcar que a diferencia de nosotros, los pollos no pueden sudar. Carecen de glándulas sudoríparas en su cuerpo. Por lo que eliminan el exceso de calor evaporando el agua ubicada en el tejido superficial de sus pulmones.
Las señales más frecuentes de un ave buscando regular su temperatura es el batir de sus alas y jadeo constante. Son síntomas que todo productor debe estar pendiente al monitorear su parvada. Especialmente cuando algunos procesos metabólicos como la ingesta de alimento y excreción de heces aumentan su temperatura corporal. Al juntar decenas o cientos de pollos en un ambiente, la humedad y sensación térmica pueden subir considerablemente.
En general el ave puede regular su promedio corporal, que es unos 41° C, siempre que la ambiental esté 10° por debajo. No obstante, una vez que la temperatura ambiental es muy elevada, el pollo corre el riesgo de padecer estrés por calor y muerte.
En otras palabras, por más que el ave busque regular su temperatura, se hace menos efectiva su crianza. Ya que pierde una de sus principales características, que es su ganancia de peso.
Por lo tanto, la ventilación avícola en este caso ayuda a eliminar el exceso de calor y humedad. Vacía del ambiente ese aire viciado de humedad y gases, facilitando las gestiones de cría de nuestros productores.
Sistemas de ventilación para gallineros
En segundo lugar, debemos tomar en cuenta que los parámetros de ventilación y temperatura son variables. Influyen las dimensiones del local, ubicación del gallinero, densidad poblacional, edad de la parvada, temporada del año y hora. Por lo tanto, debe garantizarse un ambiente idóneo que cumpla según las condiciones climáticas del lugar.
Actualmente se utiliza en la ventilación de gallineros sistemas controlados y no controlados.
Las ventilaciones no controladas son muy comunes en criaderos de pequeña escala. Consiste en una ventilación directa del aire ambiente. Se controla su intensidad con el uso de cortinas y ventanas cubiertas de malla. Estas dejan entrar el aire y mantienen alejados a los depredadores de pollos.
Por su parte, la ventilación de gallineros controlados funcionan mediante sistemas de túneles. Pueden ajustarse dependiendo de la estructura del galpón. Pero dan márgenes en disposición, orientación y capacidad del aire expulsado al ambiente exterior.
Mediante un sistema de ventilación de gallineros controlado podemos garantizar en los criaderos:
- Un correcto equilibrio de los gases que participan en el metabolismo de las aves. Es decir, buena disponibilidad de oxígeno respirado, y eliminación de gases como el dióxido de carbono (CO2) y el amoníaco (NH3).
- Reducir el riesgo de estrés por calor, que implica un menor consumo de alimento y muerte por choque térmico.
- Minimizar la humedad de la cama. Y en consecuencia evitar la aparición de problemas en la pata de las aves.
Independientemente del sistema utilizado, el monitoreo constante es imprescindible. Instala un termómetro confiable para seguir las condiciones de calor en el criadero.
Las puertas y ventanas de malla de alambre ayudan a mantener el gallinero más fresco durante la noche. Pero en el caso del día es necesario evaluar la circulación del aire con ventiladores.
Por último, recuerda complementar todo sistema de ventilación con el fácil acceso de bebedores limpios, provistos de agua potable.
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