Cuando un ave produce más calor del que puede disipar, sufre estrés térmico.
Para adaptarse, el ave reduce su ingesta de alimento y, por lo tanto, su crecimiento disminuye.
Al no satisfacer las necesidades energéticas, el ave puede no estar consumiendo cantidades suficientes de algunos nutrientes, como aminoácidos y vitaminas. En consecuencia, habrá un descenso en la producción de huevos y en el aumento de peso.
El estrés calórico es un problema importante para los pollos de engorde debido a su alimentación y la manera en que se alimentan. El estrés calórico , pérdida de peso progresivo, además de causar enfermedades como la avitaminosis A (Ava), la falta o malabsorción de vitaminas B.
El declive del aumento de peso es significativo y se puede observar que el estrés provoca una reducción de la ingesta de alimento y un descenso del consumo de alimento.
A medida que el calor o humedad incrementa por encima de la zona de confort, reduce severamente la facultad de la especie para disipar el calor.
Por eso es sumamente importante implementar un correcto manejo de la temperatura y humedad en las granjas de engorde de pollos, comúnmente abordan este problema con una correcta velocidad de entrada de aire a la nave, controlado por la dimensión y control de población de cada nave, un movimiento de aire según la edad de los pollos, son de las causas más importantes para lograr una temperatura ideal y lograr el mantenimiento adecuado de las aves.
Hay que tener presente que, con los avances tecnológicos los pollos que se crían actualmente tienen un mayor prevención debido a las instalaciones que se tienen y del control nutricional, se consigue que el desarrollo que se produce en los pollos en los períodos de estrés por calor tenga menos efectos perjudiciales y se pueda evitar un aumento térmico.