Los cambios de temperatura son una variable ambiental importante para los organismos dentro de su camaronera. Gracias a su tolerancia a la salinidad, crecimiento rápido y otras características, el camarón del pacífico se ha convertido en una de las especies favoritas para la cría intensiva a nivel mundial.

Entre los principales países productores del camarón, Ecuador resalta además por su privilegiado clima. Ello le permite a camaronicultores criar durante todo el año. Sin embargo, las olas de frío pueden llegar a afectar mucho la producción del crustáceo, causando pérdidas económicas importantes.

Si bien se ha percibido al camarón como un crustáceo endeble a las variables de la temperatura, podría no ser tan así.

De acuerdo a investigaciones científicas, nuestro insigne camarón del pacífico podría adaptarse a ciertas variables de temperatura. Una investigación realizada en China sometió a prueba a juveniles L. Vannamei fluctuaciones de temperatura en aguas de baja salinidad.

Después del traslado del laboratorio a los tanques de agua, durante la etapa de aclimatación, la salinidad del agua y la temperatura fueron consistentes con los estaques de cultivo donde se recolectaron los camarones.

camarón blanco ecuatoriano

En este estudio se investigaron respuestas fisiológicas, incluidos cambios histológicos del hepatopáncreas en variaciones de temperatura controlada de entre 28° a 13° C y viceversa.

Tras las pruebas, se percató que los camarones se vieron afectados a medida que descendía la temperatura. Pero generalmente se recuperaron durante la etapa de recalentamiento. Lo que evidenció la adaptación a un cierto nivel de fluctuaciones de temperatura.

Hepatopáncreas: órgano vital para el camarón

El hepatopáncreas cumple funciones fundamentales en el desarrollo fisiológico del camarón. Entre ellas destaca la muda, excreción, actividades metabólicas y almacenamiento de energía. Pero a su vez influye en la adaptabilidad del crustáceo en ciertas variables ambientales.

Estudios reflejaron que, al descender la temperatura, el número y volumen de ciertas células (células B) en los túbulos de el hepatopáncreas aumentaron significativamente. Esto puede estar relacionado con el hecho de que las células B son el sitio principal de absorción y digestión de nutrientes.

Es posible que la alta tasa de síntesis y liberación de enzimas digestivas en las células B acelerara la movilización de nutrientes en los túbulos del hepatopáncreas. Y, por ende, ayudaría al camarón a adaptarse mejor al estrés por temperatura.

Análisis indican que el hepatopáncreas tiene una alta capacidad de auto reparación. Por ejemplo, los investigadores han informado que L. vannamei puede reparar las lesiones del hepatopáncreas después de una exposición prolongada a niveles bajos de zinc y pH bajo.

Además, el peso del hepatopáncreas disminuyó significativamente después del ayuno. Pero luego aumentó inmediatamente después de que los animales comenzaran a alimentarse nuevamente. En nuestro estudio, el daño histológico del hepatopáncreas se revirtió después de que los animales regresaran a temperaturas del agua más altas, lo que confirma esta capacidad informada para autor repararse.

Aunque, ¿de qué manera velar por su alimentación? Al respecto, los estudios demostraron que una idea rica en proteínas y lípidos son una fuente de energía valiosa. Para ellos recomendamos nuestra línea Super U, un conjunto de alimentos microrecubiertos. Son ideales para la alimentación de los camarones en condiciones adversas, incluyendo climas fríos.

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