El parto vacuno es uno de los momentos más delicados durante las primeras etapas de vida de la vaca. Se considera que millones de terneras mueren en el mundo cada año durante el parto o poco después. En casi la mitad de los casos es debido a la distocia, conocido así al parto tardío o difícil.
No obstante, la prevención es posible, y muy valiosa para reducir el número de casos. En primer lugar, todo productor debe conocer que la gestación del ternero dura alrededor de 283 días. Una cifra que puede variar entre una a dos semanas. En líneas generales, una gestación más corta en promedio tiende a generar terneros más pequeños al nacer. Y, por ende, menores problemas en el parto.
El parto de las vacas debe ser de manera natural procurando no intervenir físicamente y solamente observar que se desarrolle hasta la salida total de la cría. Cuando el parto y nacimiento de la cría es totalmente normal y no existió asistencia humana el tracto reproductivo vuelve a la normalidad más rápidamente (menos estrés y daño). Al observar que el parto se complica por dificultades en la salida de la cría se puede ayudar a dar a luz para beneficiar a la vaca y salvar la cría; ya que la intervención y asistencia adecuada al nacer puede ser determinante para la vida de la madre y su cría. Tanto el parto natural o el parto asistido profesionalmente o adecuadamente permite que sea corto significativamente el intervalo entre el nacimiento y el primer ciclo de celo para la vaca o la novilla.
El ganadero debe estar al tanto del comportamiento de sus vacas reproductoras. Usualmente, al principio del parto, la vaca suele estar inquieta. Su cola permanece extendida, subiendo y bajando, y pateando su vientre. La ruptura del agua señala el comienzo del parto activo. A su vez, se evidencia el esfuerzo abdominal y empieza a salir la pantorrilla en el canal de parto.
Asistencia veterinaria en el parto vacuno
En caso que el parto se complique; una buena regla general es brindar asistencia a cualquier vaca que pase más de una hora pujando y la cría aún no haya nacido. Inclusive si los pies y la nariz se muestran después de una hora de trabajo duro, es mejor seguir adelante y tirar de la pantorrilla. Salvo cuando se vea un progreso visible al final de esa hora. Si la lengua del ternero sobresale, el trabajo de parto probablemente haya sido demasiado largo, especialmente si la lengua comienza a hincharse. Esto significa que la pantorrilla ha estado demasiado tiempo en el canal de parto, sometida a una presión constante.
El procedimiento de asistencia general con médico veterinario se recomienda en todo parto natural como medida de prevención. Puede haber excepciones, dependiendo de la experiencia que tenga el ganadero en esta materia. La única diferencia con un caso atípico será la decisión de amarrar las patas de la cría con lazos. Y de esta forma ayudarla a salir y salvarle su vida.
Facilitar el parto vacuno desde la nutrición
Recuerde que la meta final de todo programa de alimentación es garantizar la salud y productividad del ganado. Es decir, potenciar su capacidad genética durante toda su vida productiva. Para lograrlo, debe velarse para que alcance una óptima composición estructural que coadyuve toda etapa reproductiva.
La prevención de carencias cuando existen variaciones por la calidad de los pastos o el tipo de alimentos adicionales como rastrojos de cosechas o subproductos de la agricultura que ingieren las vacas en producción nos obliga a utilizar determinados sobre-alimentos o balanceados científicamente formulados. El descenso de la productividad o las enfermedades crónicas suelen costar mucho más dinero que la aplicación de una correcta sobre-alimentación.
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